El ritmo, como un recurso fundamental en la visualidad (del griego ῥυθμός rhythmós, ‘cualquier movimiento regular y recurrente’, ‘simetría’), puede definirse generalmente como un «movimiento marcado por la sucesión regular de elementos débiles y fuertes, o bien de condiciones opuestas o diferentes».[2] Es decir, un flujo de movimiento, controlado o medido, sonoro o visual, generalmente producido por una ordenación de elementos diferentes del medio en cuestión.