Las instituciones que hemos creado a lo largo de los años para proteger nuestros derechos de privacidad individuales del gobierno no se aplican al sector privado. La Cuarta Enmienda no se aplica a las corporaciones. La Ley de Libertad de Información no se aplica a Silicon Valley. Y no puede acusar a Google si rompe su promesa de campaña ‘No seas malvado’.