Los gobiernos ya no pueden controlar el 100 por ciento de la historia. Desaparecen los límites temporales y geográficos. En lugares como China y en todo el Medio Oriente, los medios de comunicación social se están utilizando para exponer y responsabilizar a los funcionarios públicos que no quieren rendir cuentas por la corrupción y los abusos de los derechos humanos.