En verdad, en la versión de cuento de hadas de rescatar a Lehman, el próximo dominó, AIG, habría caído aún más duro. Si la política de rescatar a Lehman fuera mala, la política de rescatar a AIG habría sido peor. Y el riesgo sistémico que planteaba una falla de AIG era órdenes de magnitud mayor que el colapso de Lehman.