Blanco es un color acromático, de claridad máxima y oscuridad nula. Perceptualmente es la consecuencia de la fotorrecepción de una luz intensa constituida por todas las longitudes de onda del espectro visible, por tres longitudes de onda (larga, media y corta) o por dos longitudes de onda complementarias. Se asemeja al color de la nieve, aunque otras sustancias de máxima reflectancia, como la magnesia, el color yeso y la baritina (sulfato de bario), resultan ejemplos más específicos del blanco. La denominación de «blanco» incluye a las coloraciones similares al blanco estándar, denominadas blanquecinas o blancuzcas, que poseen una ligera sugerencia de saturación y matiz.[3]