La dignidad, o «cualidad de digno» (del latín, grandeza»), hace referencia al valor inherente del ser humano
por el simple hecho de serlo, en cuanto ser racional, dotado de libertad.[2] No se trata de una cualidad otorgada por alguien, sino consustancial al ser humano. No depende de ningún tipo de condicionamiento ni de diferencias étnicas, de sexo, de condición social o cualquier otro tipo.[2] Según la distinción introducida por Millán-Puelles, esta es la dignidad ontológica, diferente a la dignidad adquirida, siendo este último concepto similar al del honor.