El término humildad (deriva del latín hŭmĭlĭtas, ātis, f. humilis,[2]) tiene varias acepciones como: virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades, como «bajeza de nacimiento» —de clase baja u origen pobre—, y como sumisión, se aplica a la persona que tiene la capacidad de restar importancia a los propios logros y virtudes y de reconocer sus defectos y errores.